El papel de la madre es vital en todo hogar, ella forma el carácter de los hijos, da dirección, corrige y nos impulsa a soñar.
Nosotros pasamos un desierto, caminando el proceso de cáncer en la vida mi madre; pero no caminamos solos, Él estaba ahí junto a nosotros; Jesús.

Foto: Eva Borjas (mi mamá)
Mi mamá si te escucha decir que estas aburrida, te dice: "Bueno vaya a leer y estudiar la Biblia" así que nosotras, mis hermanas, no decíamos nada, porque ya sabíamos lo que nos iba a decir; pero aun así aprendimos el hábito de la lectura con ella y mi padre.
Cada mañana que me levantaba escuchaba a mi madre orar: "Mis hijos y yo somos para señales y pródigos"; siempre la escuche orando por una vida de milagros y una vida llena del poder de Dios para cada uno de mis hermanos y para el ministerio, y eso marco mi vida.
Si despertaba por la noche, me encontraba orando a mi mamá, si despertaba temprano mi mamá estaba orando y leyendo la Biblia.
“Mi casa y yo somos para prodigios y señales para las naciones” una de las muchas palabras de afirmación y palabras proféticas de Mi mamá, que nos han puesto en lugares de privilegio.
Ella es una profeta de oración y revelación, porque su tiempo en la presencia de Dios es vital.
Si alguien llegaba a la casa y ella no estaba; al entrar decía: ¿Quién vino?; y yo le decía: nadie mami, pero la revelación fluye siempre en su vida, así que ella decía: "Yo sé que alguien estuvo acá, y si no me dicen ustedes, me dirá el Espíritu Santo"; bueno, le decíamos todo. Mis amigas siempre traían sus novios a mi mamá porque decían: "Quiero saber que me dice Dios a través de la vida de tu mamá".
Ella a gran distancia, con una vista de águila, puede ver con los ojos espirituales, con gran discernimiento y unción, así que, dirigió nuestra vida alejándonos de aquello y aquellas personas que nos apartaría de nuestro propósito; elevándonos sobre las situaciones de la vida.
Mi padre conoció al Señor primero que mi madre, así que él fue paciente en su conversión.
Un día mi madre fue diagnosticada con un cáncer terminal en su matriz, dándole solo meses de vida, siendo algo joven todavía, con una vida por delante, una bella familia, un esposo y un trabajo exitoso, se dio cuenta que solo Dios podía darle vida.
Mi padre se puso en la brecha en oración, como un líder de hogar, cómo un sacerdote de su casa.
Mi madre, se acercó al Señor, entrego su vida, fue libre de la enfermedad, de la muerte y encontró una "razón de vivir" como lo dice ella.
Fue un proceso doloroso donde fue quebrantada, pero al final, se convirtió en una vasija nueva, donde Dios mostró su mano de poder; Él destruyo el cáncer; nos enseñó a depender de Él, nos enseñó a morir a nosotros mimos, para depender de Él.
Cuando los doctores decían que su matriz era cancerosa y que esperará la muerte, Dios confirmo su sanidad con el regalo de Cesia Jemima, mi hermana menor; porque para Dios no hay nada imposible.

La belleza con el paso del tiempo ha mejorado, la gracia y el favor de Dios en su vida la va embelleciendo aún más; con un espíritu afable, sediento de la presencia de Dios, de su amor y de su palabra.
Una mujer alegre, bonita, divertida, fiel, servicial, amante de la lectura y el buen café; el alma de la fiesta: Mi mamá.
Muchas mujeres han hecho proezas, pero ella sobrepasa a todas. Proverbios 31:29
Ama a tu madre.
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