Marcia Rojas nacida en la ciudad de San Pedro Sula, en un hogar cristiano compuesto por Jorge Rojas (QDDG) y Eva Borjas, es la tercera hija de 6 hermanos.
¿Quién soy?


Llegando al propósito
Los caminos de Dios son misteriosos.
Eclesiastés 11:5
Cuando llego el tiempo de ir a la universidad, mi padre me dijo: "Hija en este momento no podrá continuar en la universidad porque la empresa no seguirá funcionando, pero quiero decirle que el titulo más valioso que me pueda traer es uno que diga: Sierva del Altísimo". Esas palabras de mi padre me retaron y probaron mi fe; y a la vez me impulsaron a luchar por ese sueño y sobre todo a valorar el titulo de hija de Dios.
Inicie estudiando la licenciatura en Mercadotecnia, pero no estaba segura que era lo que quería, la elegí porque mi hermana mayor eso había estudiado, y porque tenia la presión de iniciar ya mis estudios superiores.
Durante esa pausa en mi vida, que fueron casi tres años de no asistir a una universidad, estudie música, aprendí a ejecutar el piano, me dedique de lleno a servir en la Iglesia, trabajando con niños, jóvenes y sobre todo a tener una relación más cercana con el Señor.
Un día mientras leía la palabra de Dios, me inspire en hacer un libro con recortes de cómo visualizaba mi vida, a la par de esos recortes coloque un versículo de la Biblia para fortalecer mi fe; y cada vez que me sentía desanimada o miraba esa meta muy lejos, lo tomaba y contemplaba un futuro lleno de esperanza para mi vida, eso me animaba a seguir adelante.
En ese tiempo madure como persona, desarrolle mi carácter, aprendí a servir a los demás y sobre todo aprendí a depender de Dios; cada detalle lo vivía como un milagro, cada oportunidad por pequeña que fuera, para mí era una enorme bendición; porque cuando tenemos al Señor en nuestro corazón se cumple esta palabra: "Pero el de corazón alegre tiene un banquete continuo." Proverbios 15:15
En el ejercicio de mi ministerio encontré mi vocación “Mi llamado a ser en la vida”, y me di cuenta que la carrera que estudiaba no era parte del propósito; le dije un día a mi papá, que no quería estudiar Mercadotecnia, yo quería cambiarme a la carrera de Psicología con énfasis en el área clínica, él sonrió y me dijo: “Marcia, Él Señor no ocupa Marketing, ocupa que a través de tu boca, Él hable a los demás, Él ocupa "Samaritanos" para sanar y curar"; y continuo diciendo: "Él hará que tus palabras sean como píldoras de sanidad a las almas heridas”; wou ese lanzamiento me dio a mí la total convicción que estaba en el camino correcto, en una época en que la psicología era vista como enemiga del Evangelio, mi padre respaldo que la ciencia solo está para comprobar la fe y comprobar la necesidad de Dios en el corazón humano.
Cuando todo estaba listo, Dios abrió la puerta para iniciar mis estudios y desde ese momento no he parado, cada una de esas oportunidades ha estado la mano de Dios, lo he visto a Él en otras personas; así que no te desesperes por los tiempos de espera, esas pausas son necesarias para corregir nuestros caminos, corregir nuestras decisiones, madurar, para acércanos a Dios y movernos a nuestro Propósito.
Tengo un testimonio cuando me gane mi beca para estudiar en Israel, tengo otro testimonio cuando estudie mi maestría, pero igual no podría contarles todo esta vez, pero tengan la certeza que Dios es fiel, y si tú le crees a él; Él hace posible lo imposible; su palabra dice: "Yo soy el Señor, el Dios de todo ser viviente. Nada hay imposible para mí". Jeremías 32:27
Estando una vez en mi cama ya para dormir, le dije al Señor: "Hoy no tengo fuerzas para orar, tengo mucho sueño, pero tu sabes que en mi corazón anhelo oír tu voz"; y en ese momento el Señor me permitió tener una visión mientras dormía; en la visión veía un centro de estudio y escuche una voz que me dijo: “Aquí te preparare”... y así pasaron algunas imágenes de diferentes lugares, paisajes y estaciones del año, todo fue como un viaje al futuro. ¡Aleluya!
Un día mi hermana mayor me dijo: “Marcia te voy a pagar la universidad”, y yo muy contenta le dije: “Si, de veras”, ¡Gracias! Y Dios se encargó de lo demás, cada libro, cada viaje, cada gasto, Dios se perfecciono en mi fe.
Ya en la carrera correcta, después de aproximadamente casi tres años, me sentía algo rara en las sillas de aquella universidad, a veces miraba como algunas de mis compañeras o amigas no querían entrar a clases, pero yo, si valore lo que es recibir el pan del conocimiento, cada clase la saboree, cada libro lo devoré, cada día vivía con pasión porque me encontraba viviendo mi propósito y eso me daba un “por qué” para levantarme cada mañana con pasión por la vida y eso no tiene precio, y eso es lo que tu logras al creerle a Dios y obedecerlo, al estar en lugar correcto, en el momento correcto.
A los meses de caminar por aquella universidad, me detuve repentinamente en un pasillo, y dije: "Yo he estado aquí antes", todo lo que veía, la gente caminando por el pasillo, la pizarra informativa que estaba en la pared; y recordé la visión; Dios ya me había llevado ahí, todo era tan familiar para mi; porque lo que tu no sabes, es que las cosas se crean dos veces, cuando lo sueñas y cuando lo vives.
Si no hubiese aprendido a esperar en Dios, no seria la persona que hoy soy; ya procesada y formada, además, hubiera tomado la dirección equivocada, sería una más que se levanta frustrada hacer un trabajo que no le gusta y se aguanta porque tiene cuentas por pagar; debes saber que tu profesión es una extensión de tu ministerio, y eso es lo que hago en esta carrera de la salud mental y emocional, traer vida a lo que está seco, dirección al que está perdido y esperanza al que la ha perdido, pero sobre todo a fortalecer la fe y darles seguridad del regreso de Cristo; y lo maravilloso de esto, es que no tengo que esperar el fin de semana para hacerlo y ser feliz viviendo en mi propósito.
¡Siempre me vi a través de los ojos de la fe, y me vi hacia arriba, en lugares muy altos viviendo mi propósito! Y ahora a través de este testimonio, te invito a que vivas tus sueños, que luches y creas esperanza contra esperanza, como lo hizo Abraham el padre de la fe, que te veas con los ojos de la fe y descubras tú propósito de vida.
Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción. Hechos 13:16
La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver. Hebreos 11:1