La forma en que salgas de un año, es como entraras en el próximo. ¡Si hoy vives con miedo, vas a entrar con miedo al nuevo año!
Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu. Eclesiastés 7:8
Si no prestas atención al pasado, te lo puedes encontrar en el futuro.

Sueltas las heridas del pasado, cierra las deudas emocionales; No tienes que esperar el otro año para empezar lo que puedes hacer ya.
Salomón dice en el libro de Eclesiastés que es "Mejor es el fin del negocio que su principio"; la palabra negocio viene ahí de un trato, un acuerdo con alguien, todo este año que está terminando Dios ha venido tratando contigo, sin darte cuenta desde la mañana que abriste los ojos, Dios comenzó a tratar contigo; pero la última palabra para cerrar el trato la tienes tú.
La forma en que cierres ese trato con Dios impactara el inicio de todo el año y todo lo que hagas.
¡Cada día que pasa, te estas acercado a lo que Él te prometió que haría en tu vida!
Pero debes cerrar algunos negocios o algunos tratos en tu vida, cerrar ciclos autodestructivos, cerrar relaciones que no edifican tu vida, cerrar tratos con el rencor, cerrar el negocio de la inseguridad y la baja estima, que no te deja entrar a lo nuevo que Dios tiene para tu vida.
Toma la decisión de cerrar bien el hoy, ya que esas decisiones son el puente a tu futuro.
El mejor vino en las bodas de Canaán fue el del final, el maestresala dice todo mundo pone el mejor vino primero, pero Dios no es todo el mundo, Él tiene buenos finales, la gente dice “esto se va a poner peor” pero nosotros no pensamos así, cada año que pasa hay una mejoría, aunque no nos demos cuenta, porque nos estamos acercando al final de la negociación de Dios y al cumplimiento del propósito.
Se necesita un buen final para un buen comienzo; lo mejor está reservado para el final del proceso.
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