Hola pasado te he estado mirando estos días y he visto algunos pasos en falso, algunas decepciones, algunas heridas, y algunos errores...
No puedo negar que me dejaste muchas marcas y muchas lecciones; tanto de las cosas que debo permanecer cargando, como de las cosas que debería dejar ahí, donde estás, en el pasado.
Resulta que algunos días, tengo la sensación de que no solo quieres darme una lección; insistes en arrastrarme de nuevo a donde estás y más que eso, quieres hacerme creer que no hay mejor lugar que tú. Es cierto que puedes tener algunos buenos recuerdos (y de esos, yo no renuncio, después de todo, traen esperanza al corazón), pero la vida no se reduce a lo que viví ahí; hay más en el futuro, Dios tiene nuevos planes para mi.
No creo que sea justo concentrar toda mi fuerza y emoción en ti, mientras el presente sucede aquí y mientras el futuro me espera allá.

Hoy debo decirte que cierro las puertas de los recuerdos dolorosos, no voy a volverte a ver ahí; no tengo porque abrirlos; también debes saber que cierro las puertas del recuerdo de mis pecados; Jesús me justificó de todos ellos, me perdono y me limpio; y puedo llamar a la puerta, pero solo entraré si es para traer fe y esperanza a otros; pero no volveré ahí.
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